«No practicó jamás el basquetbol,
pero inventé el juego»

Dr. James Naismith

Creador del Basquetbol en 1891

James Naismith nació en 1861 en el pueblo canadiense de Almonte, hoy en día parte de Mississippi Mills, en la provincia de Ontario. Su padre, John Naismith, había emigrado desde Escocia a Canadá con 14 años y vivió hasta los 18 en la granja de su tío. Tras trabajar de aprendiz de carpintero durante todo un año por el salario de un dólar, se independizó como contratista de la construcción y, más tarde, se asoció con Robert Young. En 1858, se casó con Margaret, hermana de su socio, y construyó el futuro hogar de su familia en una pequeña parcela de terreno que les regaló su suegro.​ El 6 de noviembre de ese año, Margaret dio a luz a Annie, James nació exactamente tres años después y Robert vino a este mundo en 1866. Muy pronto, sin embargo, los tres hermanos quedaron huérfanos, pues en 1870 los padres fallecieron de fiebres tifoideas y fueron a vivir con su abuela materna y su tío Peter Young, todavía soltero.

Documentacion Obtenida

No practicó jamás el basquetbol, pero él creó el juego.
Y, así, en una expresión paradójica y sorprendente, el vivaz profesor de Anatomía del “Springfield College de Massachusetts”, Docto James Naismith, resumía su invención a un periodista que lo interrogó. Más no paró  ahí la inesperada replica: ¿Supongo que, en el Colegio de Springfield, usted dirigirá con sus conocimientos el equipo de basquetbol? preguntó el reportero. “No- respondió el Dr. Naismith-, allí me encargo de la dirección de los esgrimistas”. Y en esta forma, el profesor que había llegado a una edad provecta, en la que sentíase aún joven, puso término a la entrevista. Pero ya a la sazón el Doctor Naismith vivía el magnífico halago de ver el cómico comienzo del juego en una realidad reafirmada en los Estados Unidos por 18 millones de espectadores.
Dos canastos de los que entonces se utilizaban para el envase de los duraznos, dieron forma a la idea un poco aventurada de hallar algo que distrajera a los estudiantes del Colegio Springfield.
“Invente usted cualquier cosa”, le dijeron los directores de aquella casa de estudios. Hurgó entonces el Doctor Naismith muchos planes, los que, llevados a la práctica, fracasaron.
Y esa “cualquier cosa”, según dijo en cierta ocasión, le hizo pasar muy malos ratos.
Comino entonces varias características del fútbol, el lacrosse, el rugby y otros juegos, y finalmente redacto las reglas del deporte que le creo el cariñoso mote de “padre del basquetbol”.
Los fracasos le habían dado experiencia, y como su desenfado desaparecía no bien iba en busca de algo útil, insistió con una pertinacia muy sajona y hallo la fórmula de un juego que creció con fuerzas insospechada,

Trece fueron las Reglas esenciales. Los fundamentos ya tenían formas, mas faltaba una práctica que no admitieran nuevos fracasos. Instalo entonces aquellos dos canastos, que ahora quizás den el sentido de lo grotesco, y los coloco a modo de cestos en un Gimnasio con Galerías. Apareció así el entusiasmo de los estudiantes ante un deporte nuevo, pero las argucias de los noveles jugadores sirvieron para ampliar y concretar aquel rudimentario comienzo. “No tardaron en hacer trampas-decía el Doctor Naismith- enviaban a uno de ellos a la galería y éste se encargaba cómodamente de introducir la pelota en el arco improvisado”.
Y ante ese recurso ilícito, diez días después quedaba instalado el Tablero que protege actualmente el cesto. Esta es la historia del juego.
Nunca se pensó a la sazón que, con el tiempo, aquella distracción de los estudiantes, nacida de la orden de los directores de un colegio, llegara a derivar en uno de los deportes que, en los Estados Unidos, asegura ahora un substancioso éxito de taquilla.
Tal cosa ocurría allá por el año 1891. Y el nuevo juego tomó las características del lacrosse, de donde se ideo la forma de distribución de los jugadores, y del rugby, de donde se aprendieron los medios para poner la pelota en movimiento.
Limitados los jugadores a trece reglas fundamentales y desaparecidos los inconvenientes, que o llegaron, empero, a desviar la voluntad del Doctor Naismith, se efectuaron los primeros cotejos en el Colegio de Sprinfields. Dieciocho alumnos concurrían en total a las clases de gimnasia, y como era el caso dejar a nadie inactivos se formaron dos equipos de ocho hombres cada uno. El número se redujo más tarde a siete y, finalmente a cinco.
Satisfecho en abundancia el deseo de los que dirigían el Colegio Springfield, el doctor Naismith, con la gustada satisfacción de haber creado un deporte completo, volvió a sus clases de anatomía y continúo enseñando a una numerosa generación de deportistas. Al fin, luego de una trayectoria en la que su nombre no se desvanece y se asocia repetidas veces a un recuerdo que descubre una honda gratitud, el Docto Naismith aparece entre los espectadores que presenciaron el cotejo decisivo de basquetbol que se adjudicó el equipo de los Estados Unidos en el torneo olímpico.

Se advirtió allí la figura de un caballero anciano, de ojos inquietos, cubiertos por unos lentes de fines marcos de oro.
Rodeaba a los suplentes del tema campeón y seguía atentamente las evoluciones del juego, cuyas variaciones reflejaba un rostro de viva expresión. Y ahí estaba el anciano profesor de anatomía. Su asistencia al Tennis Stadium respondía a una delicada atención de los basquetbolistas norteamericanos, que dispusieron en cierta oportunidad la realización de partidos entre distintos equipos con el propósito de financiar el viaje a Berlín del Dr. Naismith.
Y así, el inventor del basquetbol agrego a su antiguo halago su última satisfacción, de presenciar la consagración olímpica de su juego.
Desde entonces hasta aquí el basquetbol, con su esencia originaria, ha admitido numerosos progresos. Allí, en el lugar de su nacimiento, se produjeron variaciones que, si bien obedecieron a la forma primitiva, modificaron, en cambio, en modo casi esencial la clásica línea de juego.
Luego de un prolongado periodo de asentamiento, se concretaron algunos cambios que, según la opinión del Doctor Naismith, se alejaban de la idea primaria de su creación. Entre ellos, quizás el que mayor descontento le produjo fue la incorporación del pivote. Este recurso, que permite al jugador en posesión absoluta de la pelota y le confiere asimismo mayor soltura y comodidad en sus desplazamientos, restó rapidez a la acción, aun cuando concedió una seguridad más positiva y eficaz.
Las innovaciones introducidas en el juego se adoptaron rápidamente en los Estados Unidos.
James Naismith nació en Almonte, Ontario, Canadá el 06 de diciembre de 1861. Se recibió de Bachiller en la Universidad de MacGill, en 1887; egresó del Colegio Presbiteriano de la Universidad de Montreal, Canadá, en 1890, y del Colegio de la Sociedad de Jóvenes Cristianos de Sprigfield, Massachusetts, en 1891. Recibió el Título de Doctor en Medicina en 1898, en la Universidad de Colorado, y el de Profesor de Educación Física en 1910. Entre sus obras se cuentan las siguientes: “reglas del Basquetbol” (1891), “El Colegio Moderno” (actividades atléticas) (1911) y “Las Bases de la Vida Sana” (1918). Residía en Lawrence, Kansas.
(“El Basquetbol”, Autor: Carlos Guerrero G. “Don Pampa”, 1958)

PRIMERAS REGLAS DE JUEGO
BASKETBALL 1891

Regla Nº 1

La pelota podrá ser lanzada en cualquier dirección, con una o ambas manos.

Regla Nº 2

La pelota podrá ser botada en cualquier dirección, con una o ambas manos, pero nunca con el puño cerrado.

Regla Nº 3

El jugador podrá correr con la pelota, deberá arrojarla desde el mismo lugar que la recibe; solo existe concesión para el jugador que la reciba, corriendo a cierta velocidad.

Regla Nº 4

La pelota deberá sostenerse en o entre las manos. No se usará para sostenerla ni el cuerpo ni los brazos.

Regla Nº 5

No será permitido meter el hombro, detener ni empujar, pegar o meter el pie a los contrarios. La primera violación a esta regla, por cualquier jugador, será penada como foul; la segunda le descalificará hasta que se haga el próximo gol, y si se comprueba que el foul fue intencional, se le descalificará por todo el juego, sin admitir substituto.

Regla Nº 6

Se comete foul pegándole a la pelota con el puño cerrado, violación de las reglas 3 y 4, y las descritas en la regla 5.

Regla Nº 7

Si cualquier equipo comete tres fouls consecutivos, se contará un gol para los contrarios. Se entiende por consecutivo cuando el contrario en el lapso de tiempo no logra puntuación.

Regla Nº 8

Se hará un gol cuando la pelota sea arrojada desde la cancha o palmoteada hacia la canasta y quede dentro, siempre que los jugadores defensores no toquen o perturben el gol. Si la pelota se queda en la orilla y el contrario mueve la canasta, se contará el gol.

Regla Nº 9

Cuando la pelota salga fuera de los límites de la cancha, será lanzada a la cancha y jugada por el primer jugador que la toque. En caso de disputa, el árbitro la arrojará directamente hacia el campo. Se le conceden 5 segundos para que sea enviada al juego. Si la detiene por más tiempo, pasará, al contrario. Si ambos lados persisten en demorar el juego, el árbitro les contará un foul a ambos.

Regla Nº 10

El árbitro será el juez de los jugadores y anotará los fouls, notificando al referee cuando se cometan tres fouls. Tendrá el derecho de descalificar a los jugadores, de acuerdo con la regla 5.

Regla Nº 11

 El referee será el juez de la pelota y decidirá cuando entra en juego y cuando está en la cancha, a qué lado pertenece y computará el tiempo. Decidirá cuándo se ha hecho gol y llevará el score, con las demás obligaciones que son inherentes al referee.

Regla Nº 12

El tiempo será de dos mitades de quince minutos cada una, con 5 minutos de descanso de por medio.

Regla Nº 13

El lado que haga más goles será declarado vencedor. En caso de empate, previo acuerdo de los capitanes, podrá continuarse el juego hasta que se haga otro gol.